Entradas

Mostrando las entradas de julio, 2020

RELACIONES CON OTROS NIÑOS

Imagen
Las primeras, las más frecuentes y las más intensas disputas entre hermanos se relacionan con los derechos de propiedad: quién es el dueño de un juguete o quién tiene derecho a jugar con él. Aunque los adultos exasperados no siempre lo ven de esa manera, las disputas entre hermanos y su solución pueden ser oportunidades de socialización para que los niños aprendan a defender los principios y a negociar los desacuerdos. A pesar de la frecuencia del conflicto, la rivalidad entre hermanos no es el patrón principal entre ellos al inicio de la vida. El afecto, el interés, la compañía y la influencia también son comunes en esas relaciones. Observaciones a lo largo de tres años y medio que empezaron cuando los hermanos menores tenían alrededor de año y medio y los mayores entre tres y cuatro años y medio descubrieron que las conductas prosociales y orientadas al juego eran más comunes que la rivalidad, hostilidad y competencia. Los hermanos del mismo sexo, en particular las niñas, ti

INTERESES CONDUCTUALES

Imagen
Tres temas de especial interés para los padres, los cuidadores y los maestros de los preescolares son la manera de fomentar el altruismo, poner freno a la agresión y lidiar con los temores que suelen surgir a esta edad. El altruismo es el centro de la conducta prosocial , la actividad voluntaria con el propósito de beneficiar a otro. Incluso antes de su segundo cumpleaños, los niños suelen ayudar a otros, compartir pertenencias y comida, y ofrecer consuelo. El análisis de la conducta cooperativa reveló tres preferencias para compartir los recursos: la preferencia por compartir con las personas con quienes se tienen relaciones estrechas, reciprocidad (la preferencia por compartir con personas que han compartido con uno), y reciprocidad indirecta (la preferencia por compartir con personas que han compartido con otros). Los genes y el ambiente contribuyen a profundizar las diferencias individuales en la conducta prosocial, un ejemplo de correlación entre genes y ambiente. Por lo gene

CRIANZA

Imagen
A medida que los niños logran mayor independencia, su crianza puede convertirse en un desafío. Los padres deben lidiar con personitas que poseen mentes y voluntades independientes, pero que todavía tienen mucho que aprender acerca de las conductas que la sociedad considera deseables. En el campo del desarrollo humano, la disciplina se refiere a los métodos para moldear el carácter y para la enseñanza de autocontrol y de la conducta aceptable. Generalmente, en el habla informal la disciplina implica solamente al castigo, pero la definición de la palabra en la psicología también incluye técnicas como premiar la conducta deseada y señalar cómo las acciones afectan a los demás. Puede ser una herramienta poderosa para lograr la socialización con la meta de desarrollar la autodisciplina. A veces los padres castigan a sus hijos para erradicar la conducta indeseable, pero los niños por lo general aprenden más cuando su buena conducta es reforzada. Los refuerzos externos pueden ser tangi

JUEGO

Imagen
El juego es importante para el sano desarrollo del cuerpo y el cerebro. Permite a los niños involucrarse con el mundo que los rodea; usar su imaginación, descubrir formas flexibles de usar los objetos y resolver los problemas, y prepararse para los roles que desempeñarán de adultos. El juego no es algo que los niños hacen para gastar energía antes de comenzar con el verdadero aprendizaje, sino que es el contexto en el que se realiza gran parte del aprendizaje más importante. El juego contribuye a consolidar todos los dominios del desarrollo. Por medio del juego los niños estimulan los sentidos, ejercitan sus músculos, coordinan la visión con el movimiento, obtienen dominio sobre su cuerpo, toman decisiones y adquieren nuevas habilidades. Los niños de diferentes edades tienen estilos de juego distintos, juegan a cosas diferentes y dedican cantidades diferentes de tiempo a diversos tipos de juego. A medida que mejoran las habilidades motoras gruesas, los preescolares ejercitan sus m

GENERO

Imagen
La identidad de género, es decir, la conciencia de la feminidad o masculinidad y sus implicaciones en la sociedad, constituye un aspecto importante del desarrollo del autoconcepto. Las diferencias de género implican diversidades psicológicas o conductuales entre hombres y mujeres. Este ámbito de la psicología es controversial. Las diferencias mensurables entre los bebés de ambos sexos son pocas. Aunque algunas diferencias de género adquieren mayor notoriedad después de los tres años, niños y niñas siguen siendo, en promedio, más parecidos que diferentes. Entre las p rincipales diferencias destacan el nivel de energía más alto de los niños, el mejor desempeño motriz, en especial después de la pubertad y su propensión, moderadamente mayor, a la agresión física a partir de los dos años. Las preferencias tipificadas por el sexo aumentan entre la niñez temprana y media, y el grado de conducta tipificada por el sexo que se exhibe al inicio de la vida es un indicador importante de la con

COMPRESIÓN Y REGULACIÓN DE LAS EMOCIONES

Imagen
La capacidad para entender y regular, o controlar, los sentimientos es uno de los avances principales de la niñez temprana. Los niños que pueden entender sus emociones pueden controlar mejor la manera en que las muestran y ser sensibles a lo que los otros sienten.   La autorregulación emocional ayuda a los niños a guiar su conducta y contribuye a su habilidad para llevarse bien con los otros.   Además de aprender a controlar sus emociones, con el tiempo, los niños logran comprenderlas de una manera más compleja. Los preescolares pueden hablar sobre sus sentimientos y a menudo logran distinguir los sentimientos de otros y entender que las emociones están relacionadas con experiencias y deseos. Comprenden que cuando alguien obtiene lo que desea se siente feliz, pero si no lo hace se pondrá triste. La comprensión emocional aumenta su nivel de complejidad con la edad y todo indica que hay una transición fundamental entre los 5 y 7 años. Muchos niños pequeños no comprenden que pueden e

ERIKSON: INICIATIVA FRENTE A CULPA:

Imagen
La necesidad de lidiar con sentimientos contradictorios acerca del yo está en el centro de la tercera etapa del desarrollo de la personalidad identificada por Erikson (1950): iniciativa frente a culpa. Los niños de edad preescolar pueden —y quieren—, hacer cada vez más cosas. Al mismo tiempo están aprendiendo que algunas de esas cosas obtienen aprobación social, pero otras no. ¿Cómo concilian su deseo de hacer con su deseo de aprobación? Este conflicto marca una división entre dos partes de la personalidad: aquella en la que se sigue siendo un niño, llena de exuberancia y de deseo de intentar cosas nuevas y probar diferentes competencias, y la parte que se está convirtiendo en adulto, que examina de manera constante lo adecuado de los motivos y acciones. Los niños que aprenden cómo regular esas pulsiones contrarias desarrollan la virtud del propósito, el valor de prever y perseguir metas sin inhibirse demasiado por la culpa o el temor al castigo (Erikson, 1982).

AUTOESTIMA

Imagen
La autoestima es la parte evaluativa del autoconcepto, el juicio que hacen los niños acerca de su valor general. La autoestima se basa en la capacidad cognoscitiva de los niños, cada vez mayor, para describirse y definirse a sí mismos. Aunque por lo general los niños no hablan acerca de un concepto de autovalía sino hasta los ocho años, los niños menores demuestran con su conducta que lo tienen. La autopercepción positiva o negativa que tienen los niños a los cinco años predecía su autopercepción y su funcionamiento socioemocional a los ocho años. Aunque hay diferencias individuales en la autoestima, la mayoría de los niños pequeños sobreestiman de manera desmedida sus cualidades. La autoestima de los niños no se basa necesariamente en la realidad. Tienden a aceptar los juicios de los adultos, que por lo general les proporcionan retroalimentación positiva y acrítica, por lo cual pueden sobreestimar sus capacidades. La autoestima de los niños, además de ser ilusoriamente alta, es

¿Qué cambios específicos ocurren durante esta transición de los cinco a los siete años?

Imagen
Un análisis neopiagetiano sostiene que esta transición se lleva a cabo en tres pasos. A los cuatro años se encuentra en el primer paso, representaciones simples. Sus declaraciones sobre sí mismo son unidimensionales. En esta etapa no puede imaginar que pueda experimentar dos emociones a la vez (“Uno no puede estar contento y asustado”) porque no puede considerar al mismo tiempo aspectos diferentes de sí mismo. La manera en que piensa acerca de sí mismo es de todo o nada. No puede reconocer que su yo real, la persona que en realidad es, no es lo mismo que su yo ideal, la persona que le gustaría ser.  Alrededor de los cinco o seis años, se avanza a la segunda fase, los mapeos representacionales. Empieza a hacer conexiones lógicas entre un aspecto de si mismo y otro. Sin embargo, la imagen que tiene de sí mismo todavía se expresa en términos completamente positivos de todo o nada. No puede ver que puede ser bueno en algunas cosas, pero no en otras. El tercer paso, de los sistemas represe

EL DESARROLLO DEL YO

Imagen
El autoconcepto es la imagen total de nuestros rasgos y capacidades. Es “una construcción cognoscitiva… un sistema de representaciones descriptivas y evaluativas acerca del yo” que determina la manera en que nos sentimos con nosotros mismos y guía nuestras acciones. El sentido del yo también tiene un aspecto social: los niños incorporan en su autoimagen su comprensión cada vez mayor de cómo los ven los demás. El autoconcepto comienza a establecerse en los niños pequeños, a medida que desarrollan la conciencia de sí mismos. Se hace más claro conforme la persona adquiere capacidades cognoscitivas y afronta las tareas del desarrollo de la niñez, la adolescencia y luego de la adultez. La autodefinición de los niños (la manera en que se describen a sí mismos), por lo general, cambia entre los cinco y los siete años, lo que refleja el desarrollo del autoconcepto. Las descripciones que hace de sí mismo son imprecisas y, al igual que las de la mayoría de los niños, son ilusoriamente posi